Skip to main content

La semana pasada fui a una exposición en el Guggenheim de Soto, un artista venezolano que jugaba con las percepciones a través de las líneas, colores, texturas y materiales que te vuelves “loco”. Es apasionante cómo tocando unas varillas metálicas puedes escuchar el sonido de una tormenta o a través de multitud de líneas muy juntas, con diferentes alineaciones y cuadrados puestos a la misma altura parece que están en algunos superpuestos y en otros más adelantados o retranqueados… ¡una pasada!.

El caso es que una vez más, me quedó muy patente lo fácilmente que el cerebro toma una información a través de los sentidos que malinterpreta. En este caso, es una expo, en otros casos es una foto de un vestido o de unas zapatillas con colores diferentes dependiendo de la persona que lo mire, pero en otros casos hay unos celos injustificados, un trabajador mal valorado o un niño mal etiquetado o una discusión absolutamente innecesaria… y ¿qué consecuencias puede tener esto para el que malinterpreta? O lo que es casi peor ¿para el que es el objeto de la malinterpretación?

¿No sería mucho más efectivo y sano jugar con esas percepciones a algo que nos ayude a conseguir nuestros propósitos más elevados? se supone que muchos, la inmensa mayoría de los que aquí estamos queremos ser felices, sentirnos bien, estar lo más tranquilos mentalmente hablando, en paz con nosotros mismos y con los demás,…etc, etc… y parece que muchas veces buscamos lo contrario…

Pero si jugamos a centrarnos en lo que queremos de verdad, buscaremos algo que nos ayude a sentirnos bien, con nosotros mismos y con los demás. Si ponemos INTENCIÓN en lo que buscamos y FOCO en lo que queremos conseguir, estaremos iluminando aquello que nos anima a seguir esa búsqueda, ese camino al bienestar.

¿Cómo? a través de un hobby que nos realice, momentos de parada para reflexionar qué quiero en mi vida y cómo lo estoy llevando a la práctica, momentos de ocio para que nuestra cabeza deje tanto de pensar y deje paso a la creatividad,… cada uno lo que necesite, en el momento en el que lo necesite.

Ya lo dijo nuestro querido y admirado premio nobel Ramón y Cajal en su discurso de ingreso a la Academia de ciencias Exactas, Físicas y Naturales: “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro” y yo me atrevo a añadir (por propia experiencia y porque lo veo en mis procesos de coaching), y de su propia vida, cuando coge las riendas de ella y utiliza sus pensamientos en favor de su propósito.

Leave a Reply