Me gusta mucho el siguiente cuento que trata sobre la incertidumbre de algunas situaciones que la vida nos presenta. Personalmente pienso que no se sabe si algo es bueno o malo hasta que pasa cierto tiempo y tomamos perspectiva, sobre todo con lo que juzgamos como malo. Por eso hago referencia a este cuento con la constelación de la alegría, porque aunque estemos sumidos en una situación negativa en la que estamos sufriendo no sabemos qué nos deparará, pero sí podemos elegir aprender sobre lo que nos pasa y cómo hacer frente a dicha situación, quiénes queremos ser y si además somos capaces de ver las posibles pequeñas cosas positivas del día a día, o de la semana…algo bueno seguro que encontramos. Para esto, relativizar siempre ayuda.
He aquí el cuento:
Érase un sabio al que todos sus vecinos le tenían lástima y le decían: “Qué pena que todo lo que tienes es un hijo y un caballo”. Él respondía con las siguientes palabras: “Bueno, malo, ¿Quién sabe?“.
Un día, el caballo se escapó. Los vecinos se acercaron compasivos diciendo: “¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo!”. El sabio encogió sus hombros y dijo: “Bueno, malo, ¿Quién sabe?“.
Al cabo de una semana el caballo regresó con doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos emocionados corrieron hacia el viejo proclamando su buena suerte: “Qué maravilla, ahora tienes una fortuna”. Él de nuevo respondió: “Bueno, malo, ¿Quién sabe?“.
El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles. Pero un día su hijo se cayó y se rompió las piernas. Los vecinos apesadumbrados: “Qué noticia tan horrible, lo que le pasó a tu único hijo”. El viejo sabio nuevamente les contestó: “Bueno, malo, ¿Quién sabe?“.
Poco tiempo después llegaron unos jinetes buscando a todos los hombres jóvenes para ir a la guerra. Así fue como todos los hombres de la villa cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en la casa porque sus piernas no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.
Qué bien sienta reírse…incluso de uno mismo aunque en un primer momento no tengas ganas. Cuando lo haces, todo se vuelve liviano, más llevadero y menos serio!! Una sonrisa sincera te puede alegrar parte del día, te ayuda a mirar al otro y querer devolver esa sonrisa a cualquiera con quien te cruces.
El humor forma parte de la Constelación de la Alegría.
Crea conexiones.
Si te dedicas dos minutos una sonrisa a ti mismo, tu cerebro incluso siente esa alegría y puedes cambiar a un estado más distendido y agradable.
A todos nos gusta reír, nos gusta socializar, nos gusta estar alegres,… dedícate esa sonrisa. Mírate con gusto, mira a los demás con encanto y a la vida con placer. Y cuéntame. O sonríeme 😉
🌟
Volvemos a la constelación más sencilla y la que podemos fomentar para ser mas felices. La emoción del optimismo que pertenece a la constelación de la felicidad.
Este optimismo se puede aprender, de tal forma que podemos controlar los procesos de interpretación de nuestra mente.
Aquí no hablo de ilusiones banas, sino de ser optimista realista. Fundamental tener en cuenta lo que realmente es posible de lo que no. Pero me gustaría que tuvieran en cuenta que muchas veces somos nosotros mismos los que nos cerramos posibilidades por pensar erróneamente.
Ya sabes, se dice que hace más el que quiere que el que puede…
Podemos influir en nuestras expectativas y en el grado de frustración si no se cumplieran.
Martin Seligman, el padre de la psicología positiva nos dice “Nuestras fortalezas y virtudes trabajan en contra de la desgracia y en contra de los trastornos psicológicos, y son la clave para aumentar la resiliencia”
Ahora que el verano se acerca parece que es más fácil apostar por esta emoción que pertenece a la constelación de la alegría.
Desde luego cuando estamos centrados o conectados, podemos permitirnos “casi el lujo” de disfrutar las pequeñas o grandes cosas de la vida.
Cuando estamos algo decaídos, necesitamos casi forzarnos a ver las cosas buenas, pero cuando somos capaces de hacerlo, casi todo cambia.
Y una vez más la actitud ayuda a conseguir ese disfrute.
Por eso la educación emocional es fundamental. Parar, reflexionar, aceptar y volver a veces a reflexionar sobre hacia donde queremos ir, convirtiéndonos en aquellos que nos queremos convertir. Siempre tenemos elección. Siempre podemos elegir quiénes queremos ser y qué actitud frente a la vida queremos tener 🌟
Ahora que el verano se acerca parece que es más fácil apostar por esta emoción que pertenece a la constelación de la alegría.
Desde luego cuando estamos centrados o conectados, podemos permitirnos “casi el lujo” de disfrutar las pequeñas o grandes cosas de la vida.
Cuando estamos algo decaídos, necesitamos casi forzarnos a ver las cosas buenas, pero cuando somos capaces de hacerlo, casi todo cambia.
Y una vez más la actitud ayuda a conseguir ese disfrute.
Por eso la educación emocional es fundamental. Parar, reflexionar, aceptar y volver a veces a reflexionar sobre hacia donde queremos ir, convirtiéndonos en aquellos que nos queremos convertir. Siempre tenemos elección. Siempre podemos elegir quiénes queremos ser y qué actitud frente a la vida queremos tener 🌟
Estos días atrás por fin hemos visto muchísimas personas jugando como niños con la nieve. ☃️🤾🏂⛷️
Como bien define la RAE a la diversión, es un recreo. Hemos podido jugar como niños en el recreo tras un año 2020 difícil.
Ha sido una pausa alegre y refrescante que nos ha permitido desestresarnos y centrarnos en lo que nos apetecía hacer. Hemos vuelto a compartir diversión con conocidos y extraños. Hemos dado rienda suelta a quienes somos sin condicionamientos externos. 😁😂
Ha salido una parte nuestra que estaba deseosa de liberar mente y cuerpo de responsabilidades y límites.
Pero la diversión suele ser subjetiva. Cada uno se divierte con cosas diferentes y mientras unos nos divertíamos otros sufrían las consecuencias negativas de la nieve por no haber estado preparados, no haber sido cautos, por haber desafiado las condiciones meteorológicas o por motivos ajenos a ellos.🚨🌪️🌨️🙈 Aún así, hemos visto personas solidarias, hemos vuelto a comprobar como en los vecindarios hay solidaridad cuidando y colaborando en el bienestar de los demás.👫👏👏
Ahora nos encontramos otra situación, más incómoda con el hielo, falta de movilidad, etc. Esto es puro reflejo de las emociones. Nada es estable, 🌪️así que mientras duren las condiciones favorables, hagamos florecer aquello que nos ayuda a estar relajados, alegres y motivados, ¡mientras puedas!😉🌺🌈
His gams were jiggling on my shoulders. Her hair was brief but mushy it shaped her face so well. Dorothy Murvyn Wilhide