Historia de El Jardín Descubierto

La mayor parte de mi trayectoria profesional la he dedicado a la formación en empresa.

Partiendo de las necesidades de la compañía y de las personas que trabajaban en ella, creaba e impartía los planes de formación, directamente a todos los puestos en unos casos o a los mandos en otros. Lo que más valoraba era el contacto de tú a tú, conocer y formar a las personas con las que trabajaba para que se sintieran con ganas de salir a hacer su trabajo y hacerlo de verdad, dando lo mejor.

DURANTE 9 AÑOS FUI LA RESPONSABLE DE FORMACIÓN EN UNA MULTINACIONAL

C ambié de trabajo para ser directora de talento y desarrollo en una consultora. En función de las necesidades de la empresa para la que trabajabamos, creaba y velaba por que se dieran unos programas excelentes de liderazgo, mentoring o coaching, entre otros.

E n ambos puestos, uno desde dentro y el otro desde fuera, antes y durante la maravillosa experiencia de conocer los beneficios de la meditación, el coaching, la PNL y la inteligencia emocional, siempre he incluido aspectos de inteligencia emocional en mis contenidos.

C uando llegas a una compañía con la que has contactado y te explican sus necesidades, te das cuenta de que las personas que trabajan allí son autómatas en muchos casos. Dejan de lado las emociones propias y ajenas para ejecutar el objetivo marcado y seguir la estrategia marcada desde Dirección. Esto a nivel ejecutivo es estupendo, pero también te encuentras que hay una falta de humanidad, comunicación y una frustración importante. Está claro que esa faceta ha de existir, está muy bien ser un buen director o mando intermedio y pedir una productividad alta; para ello vamos a trabajar y nos pagan. Pero no podemos dejar de ser personas y relacionarnos entre nosotros como tal. Eso es algo que a veces nos tienen que recordar….