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Se trata de no paralizarse, de no quedarse estupefacto, se trata de no escuchar a quién no quiere tu bien (seas tú o alguien ajeno a ti).

Trátate como mereces, como en el fondo sabes que eres capaz.

Cuando te sientes tú, sea como sea, no son necesarias las palabras para expresarlo. Sólo tú sabes cómo es, cómo te sientes, lo que te mueve. Cuando te descubres sonriendo sin motivo aparente. Cuando el corazón no te cabe en el pecho, cuando se desborda la alegría, cuando sientes ganas de compartir o simplemente sientes tranquilidad, paz interior,… Cuando notas que la dicha se apodera de ti. Ese eres tú. Esa eres tú.

Cuando notas que tus ojos iluminan tu camino: ¡Síguelo! Aunque no encuentres una razón lógica, aunque los demás no vean lo que tú ves. Y aunque tú no sepas bien qué es lo que ves, pero sabes que «eso es».

Aprovecha esa fuerza que sale de algún lugar profundo de tu ser. Disfruta. No preguntes. No hagas otra cosa que disfrutar de ese estado.

Ve más allá

Ve contigo

Da

Recibe

Siente

Cierra los ojos y déjate llevar

Siéntete parte de un todo

Trasciende

Comunica

Calla

Escucha

Se

Deja ser

 

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